Worth, el padre de la Alta Costura

Conoce al reconocido por la mayoría como el padre de la Alta Costura y el primer modisto del mundo. 

Nació en Bourne, Lincolnshire, Inglaterra el 13 de octubre de 1825. Es considerado el padre de la alta costura, algo discutido por quienes consideran que este título lo debería ostentar Rose Bertin, modista de María Antonieta entre finales del siglo XVIII y principios del XIX, pero quien, en mi opinión, no se compara a Worth dados los cambios que este hizo en el mundo de la moda que descubriremos más adelante. 

Charles Frederick Worth comenzó a trabajar joven en Londres como aprendiz y dependiente en importantes compañías textiles, primero en Swan and Edgar y luego en Lewis and Allenby, esta última especializada en seda. Allí adquirió un profundo conocimiento de los tejidos, que marcó su estilo como diseñador. Además, se inspiraba en el arte y los trajes históricos que estudiaba en museos como la National Gallery.

A los 20 años, en 1845, se trasladó a París, entonces capital de la moda. Aunque al principio no fue fácil, consiguió empleo en la casa de textiles Gagelin, donde ascendió rápidamente y empezó a diseñar vestidos. Allí conoció a su esposa Marie Vernet, quien fue la primera en lucir sus creaciones, y con quien tuvo dos hijos.

Al abandonar la casa Gagelin tuvo claro lo que quería y cómo hacerlo, así que abrió una casa de costura junto a Otto Bobergh, su socio, y la llamaron Worth et Bobergh. Se abrió en 1858 en la Rue de la Paix. De la que en 1871 tomó su dirección en solitario. 

Si Worth tenía claro algo era que la clave del éxito no la encontraría en otro lugar que no fuera la corte francesa, y tenía un principal objetivo, Eugenia de Palafox-Portocarrero, más conocida como Eugenia de Montijo o como esposa de Napoleón lll, quien podía catapultar su carrera a lo más alto y le daría todo el prestigio que sus creaciones se merecían, pero no nos adelantemos. No podia acceder directamente a la emperatriz asi que, sin un pelo de tonto, vistió a la princesa Pauline Von Mettermich, quien era una de las mejores amigas de la emperatriz y quien a pesar de su falta de belleza con la que ella misma bromeaba, le sobraba elegancia y gusto. En una de las recepciones imperiales la princesa lució un vestido del diseñador inglés en tul y satén blanco, con adornos florales y bordados de plata. La emperatriz se interesó no solo en el vestido si no en su creador, quien se convertiría en su favorito por su impecabilidad al trabajar.

Vestido de Worth para la corte francesa (fuente: The Metropolitan Museum of NY)

Eugenia de Montijo e Isabel de Austria quedaron retratadas para la posteridad en diseños de Worth. Dejando para siempre en ellas su huella con las líneas sencillas y reducida crinolina que las piezas del diseñador poseían. Consiguió unir la técnica inglesa del corte con el derroche de elegancia propio de los franceses. Desarrolló un sistema de patronaje sencillo, que hacía que las transformaciones y la manera de cortar los tejidos fuese de una manera mucho más sencilla y fluida.

Emperatriz Sissí en un vestido de Worth para su coronación (fuente: Roger Viollet/Cordon Press)

Worth quizá no lo sabía, o sí, pero marcó el rumbo de la moda para siempre, introduciendo cambios que se mantienen a día de hoy. El inglés no era solo un costurero empleado en la corte, se convirtió en una celebridad al marcar sus prendas con su nombre como si de obras de arte se tratara, que lo eran. Además el concepto de costurero comenzó a cambiar para sustituirse por el de modisto o couturier pues ya no era solo el cliente, de gran poder adquisitivo por supuesto, quien elegía las prendas si no que era el modisto quien decidía cómo serían. A raíz de esto, Worth comenzó a sacar una colección de vestidos al año, siendo pionero una vez más, esta vez en usar modelos de carne y hueso para mostrar sus creaciones, cosa que hoy se diría que es esencial en una casa de moda.

No solo hizo cambios, si no que además fundó la importante Chambre Syndicale de la Couture Parisienne, organismo que sigue regulando en la actualidad la industria de la costura francesa, a la que pertenecen las marcas de Alta Costura. 

 

Fuentes